lunes, 15 de diciembre de 2008

Calidad en cada detalle

¿Cuántas veces hemos pasado por un edificio de negocios y vemos que se le cayó un pedacito de la marquesina, o que una de las letras está descolorida, que no prende uno de los focos, ó que simplemente la banqueta está sucia?

¿Cuántas veces hemos visto una página web ó programa que muestra un color diferente del que debería o que tiene un pequeño error que bien podría pasarse por alto?.

Ejemplos como esos encontraremos muchos, sin embargo, ¿podemos permitir un servicio con “algunos defectos” ó peor aún darnos el lujo de tener algunos “detalles” en el servicio que proporcionamos?. Mi opinión es: ¡de ninguna manera!.

Cierto es que no obtendremos u otorgaremos un servicio perfecto pero no podemos aceptar con pleno conocimiento, tener algún defecto por pequeño que éste sea, tal vez se nos pasarán algunos que saldrán a la luz posteriormente y entonces deberemos actualizar nuestros procesos de producción para evitar esos defectos, sin embargo, tener que proferir la famosa frase del “pues, ahí se va” debería resultarnos vergonzoso por lo menos.

Comenta Donald Trump en su libro “Piensa como multimillonario” que él cuida hasta el último detalle. Si en uno de sus edificios o campos de golf observa un detalle aunque sea mínimo como una esquina despostillada o una “escama” de pintura entonces él manda que lo reparen inmediatamente. Y estamos hablando de un hombre que tiene una fortuna aproximada a los 6,000 millones de dólares.

Incluso comenta en el mismo libro que tiene una persona encargada de revisar que se encuentren en buen estado los adoquines españoles del siglo XVIII que tiene en uno de sus clubes de golf, ¿tiene esto importancia?, para Donald Trump un adoquín desgastado en su Club de Golf sí lo tiene.

Como siempre, hay que aprender de los grandes. En primer lugar, cuidan los detalles y en segundo no admiten que la calidad sea inferior a lo que se promete al realizar la compra.